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HISTORIA / CONCELLO

HISTORIA

O Megalitismo en Sobrado:

El megalitismo es un fenómeno cultural que hace referencia a la contrucción de grandes monumentos de piedra que generalmente tienen un carácter funerario.

Estructuras Tumulares Gallegas

En Galicia hay una terminología propia para referirnos a los túmulos, y así, se habla de mámoa, medorra, medoña, meda, etc..., dependiendo de los lugares, aunque pueden existir varias de estas formas en la misma comarca. En el Concello de Sobrado tenemos dos claros ejemplos de nombres de lugares, como son Medorra, en la parroquia de Folgoso y Medoña, en la parroquia de Cumbraos.

Destacar el estudio dirigido por el profesor Criado Boado, llamado "el proyecto de estudio de Serra do Bocelo e O Val do río Furelos", que pretenden mostrar una perspectiva general del patrimonio arqueológico a través del tiempo.

Sobrado, al igual que las zonas limítrofes, debió de ser desde muy antiguo el lugar de habitación de una numerosa población, a juzgar por la gran cantidad de túmulos sepulcrales que pueblan el lugar y que rondan los setenta. El municipio está situado en la Galicia Central por lo que sus megalitos sirven de enlace entre los de Toques, en el monte Bocelo y los de Curtis, hasta las concentraciones de Ordes.

El relieve es de una zona de media montaña, que presenta las mayores altitudes en el este con la Cova da Serpe, Fonte das Bestas y Campelo, que pocas veces sobrepasan los 750 metros, al igual que ocurre en el sur con el Bocelo. La altitud va descendiendo hacia el oeste, donde ésta no llega a los 600 metros. Las zonas más bajas las marcan los valles de los ríos más importantes que cruzan el ayuntamiento: el Tambre, de este a oeste, y el Mandeo, de este al norte. Además, son abundantes los pequeños riachuelos, en su mayor parte, afluentes de los anteriores.

A grandes rasgos, es este el medio físico sobre el que se va a desarrollar la cultura tumular del ayuntamiento. Como regla general, los grupos de mámoas se asientan preferentemente en pequeñas colinas, del paisaje granítico, con afloramientos en la superficie y una importante erosión, lo que implica pobreza de suelos que en la actualidad suelen estar cubiertos de matorrales y en la cercanía de ríos u otros puntos de agua.

A simple vista, observamos que en cuanto a la distribución altimétrica, los túmulos de Sobrado, se encuentran en su gran mayoría, emplazados en terrenos de suaves pendientes y llanuras, hecho este que, según investigadores como Criado y Bello, mostrarían la existencia de una agricultura de azada a pequeña escala, basada en un sistema de roza.

Otro factor a tener en cuenta, es la cercanía de vías de comunicación, como por ejemplo, el Camino Real, que pasa al lado de varios grupos de Mámoas.

A pesar de que es muy difícil poner limites cronológicos para los monumentos de este municipio se puede aproximar su datación entre 2500 y 200 a.C.

En la cima del Monte Bocelo, debió de existir una necrópolis neolítica, desde la que se podía divisar una amplia zona que abarcaba lugares de lo que hoy son Sobrado, Melide, Curtis, Friol y Toques..., aunque no todas las Mámoas situadas en este lugar pertenecen al término de Sobrado, es oportuno citarlas aquí, puesto que forman una unidad y se situan en las tierras limítrofes entre Sobrado y Toques.

De estos túmulos, uno, conocido como Forno dos Mouros o Mámoa da Muruxosa, fue excavado por J. Baquero, entre los años 1987 y 1989, como parte del proyecto Bocelo - Furelos, dirigido por F. Criado. Se asienta al borde del Camino Real, que pasa por el alto de ese monte. Tiene una cámara poligonal con unas medidas de 2,17 metros de largo y 2,90 metros de ancho. Está formada por 7 losas inclinadas hacia el interior y sobre cuatro de ellas se apoya la piedra cobertera en un plano oblicuo que cae hacia el frente, con unas medidas de cuatro metros en el lado mayor y de tres metros en el menor. Mientras duraron las excavaciones se colocaron unas vigas de hierro para ayudar a sustentar esa tapa a la que le falta un pedazo en uno de sus extremos. La puerta esta orientada hacia el sureste y presenta un corredor de dos tramos. En el interior sobre una base blanca, aparecieron restos de pintura roja y negra, que trazan figuras en zig-zag, y una serie de puntos aislados. Su estructura arquitectónica y el anillo periférico, se encuentran en buenas condiciones.

Muy próximas a la roca conocida  como A Pena da Moura, y a unos 150 metros, en dirección a Sobrado, y a ambos lados de la pista, aparecen restos de otras dos mámoas, una de las cuales, fue desmoronada, en parte por la construcción de la pista, quedando en pié dos de los soportes verticales.

Cerca de las anteriores, se encuentra otro grupo, de las que solo existen restos de algunas losas que las formaron.

Existen un total de siete mámoas en este monte.

También en el Bocelo encontramos un menhir natural, conocido como Pena da Moura, constuído por una roca granítica, motivo de numerosas leyendas en la zona, e incluso los habitantes la tienen en cuenta para predecir la llegada del invierno.

En el lugar de Alvariza se encuentra otro túmulo que es conocido en el lugar, como la Mina, y del que se dice que allí fueron enterrados militares antiguos muy importantes. 

El la pendiente del Monte Corda da Ara, entre las Cruces y A Ciadella, encontramos cuatro mámoas, con peligro de desaparecer debido a las excavaciones de la cantera. En el lado izquierdo, encontramos otra al lado de la carretera y dos más un poco más alejadas. En el lugar conocido como Fraga dos Frades, D. Manuel Losada encontró y abrió una mámoa que parecía estar intacta. Hacia la zona centro-este entre Vilariño y Vilasuso, encontramos siete más y entre Costoya hacia Brixaría podemos ver cuatro más. Por lo que comentan los habitantes existían algunas más que fueron destruídas para usar los materiales.

Ya en la zona noroeste, en la pendiente del Monte Cova da Serpe, en el lugar de Rañón, hay cuatro mámoas. En grupos de tres y cuatro encontramos otras en los montes de Pena Gallada y Pena da Silva, así como dos más en Pena do Serrón. También hay una en el Alto do Cordal y otra en Lousado. Descendiendo un poco hacia los quinientos metros encontramos un grupo grande en: Uceira (con dos), Vilarcha (con una) y Lagoa (con once).

En el libro de "Sobrado de los Monjes. Guía del Turista" de Manuel Losada, aparece la existencia de un Crómlech, que no fue encontrado con posterioridad.

En el museo de Melide se encuentran algunas de las piezas descubiertas en las distintas mámoas, destacando unas hachas de mano pertenecientes al Neolítico, que se encontraban en las proximidades de Sante. 

Los Castros en Sobrado

Los castros de Sobrado se encuentran en una zona de media montaña con altitudes que oscilan entre los quinientos y setecientos metros. Son castros no demasiado grandes, con ejes de 100m, excediendo un poco de esta medida los de Sucastro, Grixalba y Vilariño. Destacan los de planta oval aunque también existen algunos circulares como el de Cumbraos. 

La mayoría de estos castros están en la actualidad parcialmente destruidos y otros están cubiertos de maleza, dificultando por ende, su observación y medición.

Poseemos escasos datos sobre la vida de los castreños y sobre su sistema económico, encaminándose la mayoría de las actividades a la obtención de alimentos y vestido.

Castro de Grixalba

Se sitúa en el lugar de Penagrande. Es uno de los castros mayores del municipio, con unas medidas aproximadas de 130m. para el eje norte-sur y 120m. para el este-oeste, y con una altura de casi diez metros. Las personas del lugar indican que allí vivían los moros en la época antigua, y que había escondidos varios tesoros, pero que descubrirlos podría ser peligroso.

Castro de Sante

Conocido también como Roda do Espiño se sitúa en la carretera, desde Sobrado hasta As Cruces. La compleja estructura del Castro, nos hace pensar en un castro primitivo y en unas posibles ampliaciones. La altura es de unos cinco metros. En el interior se testimonian construcciones existentes en la época así como, algunos trozos de cerámica lisa sin dibujos y de color anaranjado.

La Romanización en Sobrado

En las distintas campañas de excavación que se llevaron a cabo en este municipio son numerosos los restos que se encontraron pertenecientes a la época que nos ocupa. La mayor parte de los hallazgos se produjeron en el Campamento Romano (parcialmente excavado).

Tesouriño de Gondrei:

En el año 1986 en el lugar de Gondrei en una finca propiedad de la familia Rilo, se encontró un cuenco con 325 monedas en su interior. Estas monedas del siglo IV se conservan perfectamente legibles y están depositadas, en la actualidad, en el Museo Terra de Melide.

Campamento Romano de A Ciadella:

Próximo a la Iglesia de A Ciadella se encuentra este asentamiento romano, cuyas excavaciones empezaron en el año 1934 y que en su día albergaba a la Unidad Militar Cohors I Celtiberorum. Actualmente el Campamento es propiedad de la Xunta de Galicia desde el año 1990.

Estructura:

El Campamento fue excavado en parte y por eso, los datos que conocemos no están completos.

Dimensiones:

El recinto tiene planta rectangular redondeada en las esquinas, con unas dimensiones de 172 metros x 140 metros. La superficie total es de 2,40 ha.

Elementos defensivos:

La defensa está constituida por un foso paralelo a la muralla desaparecido en gran parte. En estas murallas aparecen restos de torres que sobresalen hacia el interior medio metro. De carácter defensivo son también varios puestos que estaban en el exterior del Campamento, uno de ellos conocido como Medorra de Fanegas, excavado por Criado Boado y Caamaño en el año 1983 confirmando, como su nombre indica, que se trata de un monumento megalítico.

También se encontraron a la puerta"Principalis Dextra" y el "Intervallum".

Edificaciones:

En el centro del Campamento se descubrió el edificio "Principia" o cuartel general. Se entra al interior desde la "Vía Principalis" por una gran puerta. A ambos lados de esta se encuentran 2 habitaciones rectangulares y a continuación 2 patios. En el centro y al fondo se encuentra la "Aedes", o edificación de carácter religioso, a cuyo lado derecho se encuentran 6 habitáculos de reducido tamaño.

El otro gran edificio central es el "Praetorium" o casa del jefe de la guarnición. Es de forma rectangular y está al este del "Principia", separado por un gran pasillo.

Este edificio sufrió algunas remodelaciones en la época romana por lo que resulta difícil decir cuales estructuras son anteriores o posteriores.

Después de la marcha de los romanos de ese lugar en torno al siglo VII se produjo una reocupación del Campamento por civiles germánicos.

La Nobleza en Sobrado:

No es posible separar el apogeo conseguido por el Monasterio de Sobrado en la Galicia medieval del poder que miembros de la nobleza gallega, como los Condes de Présaras primero, y los de Traba después, tuvieron en este territorio.

La fundación del Monasterio de San Salvador:

El origen del Monasterio se sitúa en el año 952, siglo X, en el que Hermegildo Alvítez y su esposa Paterna, Condes de Présaras, donan el día 14 de mayo del mismo año, al Monasterio muchas de sus posesiones, aldeas, tierras, montes, agua...

Más tarde, en diciembre de 1966,  se suman nuevas aportaciones: el pueblo de Sobrado con sus casas, varias parroquias, monasterios, gran cantidad de ganado, etc...

Uno de los Monasterios más importantes:

Se dice que el período que va desde el 952 al 977 fue de crecimiento para Sobrado debido al transvase continuo de las propiedades de los condes y de sus hijos, el obispo Sisnado y el conde Rodrigo, incrementando a su vez las numerosas donaciones atraídas por el poder social de los fundadores. Los reyes Ordoño I y Ramiro III, le otorgaron a San Salvador de Sobrado las regalías del Condado de Présaras y de los de Nalar, Parga, Mera y Nendos.

Sobrado destinó la riqueza obtenida al consumo directo de la comunidad monástica y de la familia condal, además de al sostenimiento de pobres y peregrinos, ya que aquí se encontraba el Camino Norte. Bajo este sistema de producción, Sobrado, se convirtió en uno de los Monasterios más importantes y poderosos de toda Galicia.

Pedro Mezonzo en Sobrado

Fue abad del Monasterio benedictino de Sobrado, y pasó a la posterioridad, como San Pedro de Mezonzo, autor de la Salve. Entró como novicio en el Monasterio en el año 959, y fue elegido abad en el 965, cargo que ejerció hasta el 985, año en el que fue nombrado obispo de Santiago de Compostela. Falleción en el año 1001.

Decadencia del Monasterio

Entre los años 977 y 1006, asistimos al estacamiento en la evolución en el dominio monástico de Sobrado y desde el 1006 hasta el 1042, su decadencia. El número de adquisiciones del Monasterio disminuyeron y las rentas se estancaron. Con la donacion post-morten del Monasterio al Conde Menendo Gonzales, por los sobrinos de Dña. Paterna, Dña. Munia y Guitierre, la decadencia no hizo sino aumentar. Los nuevos dueños no tenían la fuerza que la familia fundadora poseía dentro de la nobleza gallega.

A partir del año 1023, desaparecen por completo las referencias documentales al Monasterio, hasta el año 1118, en el que la reina Dña. Urraca y su hijo Alfonso VII, lo devuelven a los Condes de Traba, herederos de sus primeros poseedores. Es de suponer que Sobrado desaparece como comunidad monástica en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XI, y que la causa principal de esta desaparición, fueron las luchas que enfrentaron a la nobleza gallega con el nuevo rey de Castilla León, Fernando I, quien tras sofocar la rebelión de los nobles incoroporó al edificio y sus propiedades al patrimonio real. Esto sucedió en el año 1060.

Finalizaba así la etapa benedictina del monasterio de Sobrado, ya que los monjes que lo habitaban profesaban la orden de San Benito, autor de la conocida máxima "Ora et Labora".

Sobrado y la orden del Císter

Los Condes de Traba, D. Fernando Pérez y D. Bermudo, reciben en el año 1142, de manos del rey Alfonso VII el edificio y sus posesiones. Se inicia así la etapa cisterciense del Monasterio. En 1141, se funda el monasterio ourensano de Oseira, y un año más tarde el de Sobrado. De Clairvaux llegan a Sobrado doce monjes blancos y el abad Pedro, al que hacen entrega del monasterio, en Santiago de Compostela, los condes de Traba, el día 14 de febrero de 1142. El abad fue nombrado por el mismo San Bernardo , fundador de la Orden del Císter en territorio francés.

Haciendo bueno el lema benedictino del "Ora et labora", y tratando de llevar adelante la estricta aplicación de la regla escrita por el santo, la explotación directa de las tierras, es decir, el trabajo manual, se presenta como el aspecto más innovador de los introducidos por la orden cisterciense en Sobrado, que resultó así, revitalizado.

Espiritualmente, lo que la Orden del Císter aporta a Sobrado y al Occidente europeo en general es una vivencia más pura y estricta de la regla de San Benito, patrón de Europa.

Concesiones y privilegios

Los monjes contaron desde un principio con el apoyo de la monarquía, interesada en la reconquista del territorio penínsular y en la colonización de las tierras que pasaron a manos cristianas. Era competencia del monasterio la colonización no solo de las zonas próximas al mismo, si bien éstas fueron las primeras en ser explotadas, sino también de otras más lejanas. Para ello, los monjes contaron con la ayuda de los condes de Traba y con el apoyo casi incondicional del rey Alfonso VII.

Tanto este monarca castellano-leonés, como más tarde Fernando II, le concedieron al monasterio tierras tan distantes de Sobrado como las de la costa norte de Galicia, o de las tierras de los valles de Sil y el Miño, en las que los monjes instalaron casi de inmediato varias granjas. El área de expansión colonizadora llegaría hasta la meseta del Duero.

Entre 1142 y 1300 Sobrado hace un total de 1108 adquisiciones bajo la modalidad bien de donaciones, bien de compras.

El dominio del monasterio no se reduce solo al medio rural; Sobrado llega también a la ciudad, a núcleos urbanos de la costa como Burgo del Faro, A Coruña o Betanzos, y a núcleos del Camino de Santiago como Arzúa, Melide, Palas de Rei, Santiago de Compostela, Portomarín o Villafranca del Bierzo.

Las tres fases del Monasterio:

La primera o de iniciación entre los años 1142 y 1160, la segunda, o fase de crecimiento, entre 1160 y 1222, y la tercera, o fase de estabilización que abarca desde el 1200 al 1300.

Como resultado de estas tres fases el mapa de asentamiento rural de Sobrado sería más o menos este:

Una zona, la primera en ser colonizada, abarca las tierras más o menos próximas al monasterio, con una densidad de población superior al resto. Son las cabeceras de los ríos Tambre, Mandeo y Ulla, y la parte de la meseta de Lugo.

La zona costera que va desde Cabo Prior hasta la ría de Ferrol, en las Rías Altas. El interés por esta zona está relacionado no solo con el deseo de buscar una salida al mar, sinó también con la actividad pesquera, y más en concreto con la captura de la ballena.

Una tercera zona que se extiende por el valle del río Miño, y rica en cultivo de la vid. Por último, en la zona este, el Bierzo y los valles del Cea y el Esla.

En cuanto al asentamiento urbano hay que decir que Melide, constituía uno de los principales centros gallegos del Camino de Santiago y el lugar idóneo para la relación monasterio-ciudad. Sobrado participó, por concesión del rei Alfonso IX, en las rentas de esta villa, donde además llego a adquirir un buen número de casas.

Las donaciones reales y las de los nobles laicos, acercan al monasterio a nuevos espacios situados en el litoral gallego. El rey Fernando II, contribuyó a dicho acercamiento al otorgarle a Sobrado el espacio comprendido entre el río Anllóns y el Océano Atlántico. El Monasterio vió así incrementadas sus adquisiciones hasta la zona de Villafranca y Molinaseca, en la comarca del Bierzo, y la búsqueda de productos como la sal y el trigo hizo que su dominio se extendiese hasta las orillas de los ríos Esla y Cea.

En el período de estabilización o tercera fase, Sobrado no hizo sinó redondear a sus posesiones y dominios.

Produción y comercio:

Los productos estrella del dominio de Sobrado eran los cereales y la vid, los primeros centeno, trigo y maiz, englobados bajo el nombre genérico de "pan", el alimento fundamental de la época, y cultivado sobretodo en las zonas próximas al Monasterio, y en las tierras del Valle del Duero. En lo que respecta al vino y al cultivo de la vid, el tramo del Valle del Miño entre las confluencias del Sil y el Avia (además de la zona del Bierzo).

Los árboles cultivados fueron en primer lugar los manzanos, de las que se obtenía la sidra, bebida casi exclusiva de los siglos X y XI, en el norte de Galicia, y en menor cantidad castaños y nogales.

En cuanto a la ganadería, la cría de ganado desempeñó un papel importante no dominio de Sobrado, siempre naturalmente como complemento de la agricultura. Era bastante elevado el número de animales que poseían algunas granjas.

Con respecto a la pesca, el monasterio se benefició de manera inmediata de esta actividad tan propiamente gallega y se hizo a través de la concesión del diezmo de las ballenas capturadas y traidas al puerto ferrolano de Prior.

Especial importancia  tiene la participación de Sobrado, en la pesca fluvial. Cerca del monasterio existe una laguna artificial, de la que no hay documentos que aporten información sobre su construcción y la relación que pudo tener con los monjes en la época medieval, pero su existencia muestra el interés del monasterio por la riqueza pesquera.

Sobrado poseía una mina en la zona de Piedrafita, lo que le permitió disponer de mineral de hierro para la fabricación de herramientas propias y para el uso de los campesinos.

A todo esto, habría que añadir, los trabajos artesanales de herreros, carpinteros o vidrieros. También la fabricación de tejidos y curtidos de pieles.

La participación de Sobrado en el tráfico comercial recibió un gran impulso con las concesiones hechas por el rei Alfonso IX.

De Sobrado llegaron a depender treinta granjas. Al frente de cada granja esta el "maestro de la granja", que se encargaba de dirigir la explotación y de administrarla. La Orden del Císter, introdujo el echo de la explotación racional y de la administración centrada en las tierras, siendo el principal responsable el "cellararius", con la ayuda del "subcellararri", además del encargado de la contabilidad y los maestros de la granja.

Sta. María de Sobrado y el papado

El císter puso a su Orden bajo la protección de la Santa Sede. Todos los obispos que tuviesen en su diócesis monjes cistercienses deberían comprometerse a respetar la regla nacida en Citeaux.